Por supuesto que el uso de Internet, voluntario o involuntario, por un candidato político, es un asunto riesgoso pues en Internet nada es volátil, todo se queda, todo permanece, lo bueno y lo malo.
Ya no existe el “aquí entre nos…” que usaban los políticos para comentar cosas no-oficiales en alguna conversación en corto. Con la proliferación de “smartphones” o celulares inteligentes, cualquiera puede grabar un comentario y subirlo a la red en cuestión de minutos para hacerlo del conocimiento de miles aún antes de que el político abandone la reunión en donde cometió la indiscreción. Las tecnologías móviles junto con el poder de transmisión de Internet han convertido las campañas políticas en un “reality” de 24 horas 7 días de la semana en donde cada político y cada candidato están siendo “cazados” y observados por miles… en tiempo real.
Los ciudadanos pueden usar el Internet para investigar los datos, cifras e información que da un candidato en su campaña, inclusive para ver discursos e intervenciones pasadas y verificar que su información sea consistente o demostrar que es equivocada, lo que hace que el mensaje que da un candidato deba ser ahora más cuidado, nuevamente, no se lo lleva el aire, queda ahí para posterior verificación por los ciudadanos y por sus contendientes políticos.
Las campañas políticas en Internet usan un medio y un canal multiplicador, tanto para lo bueno como para lo malo, es por ello que dentro del equipo de campaña de cada político y cada candidato, debe haber, además de los tradicionales especialistas en comunicación y relaciones públicas, especialistas en marketing en Internet que ayuden a la planeación y ejecución de las campañas en los medios digitales.
Carlos Guzman Dibella | Internet Marketing Consultant
